13.4.06

EL SEÑOR USB (E HIJA)

Es de esos tipos que realmente satisface atender. Debe de ser ingeniero o algo así, porque habla en términos con los que el cliente medio acostumbra a bizquear cuando eres tú el que los usa. Dice cosas como "con un poco de tiempo y paciencia, la fuente de alimentación la arregla uno mismo", lo que hace que, acostumbrado como estoy al "¿y eso qué es?", casi se me salten las lágrimas.

Viene con su hija, una chica obviamente inteligente que parece estar estudiando aquello que estudió su padre, ya que asiente a intervalos de tiempo asombrosamente cortos, aunque parece recular un par de veces cuando empezamos a hablar de "ceros y unos y valles y colinas en la superficie de un medio". Parece que la poesía hace tiempo que dejó de llevarse bien con la ciencia. Ambos me caen muy bien y es por eso que decido alargar mi jornada quince minutos que nadie me va a pagar simplemente para deleitarme con un cliente que me ha salvado una minisemana de energumenos rango gilipollas indeciso a listillo exigente.

Ambos son tremendamente amables y exigen que les diga cuándo empiezan a robar una porción demasiado grande de mi tiempo. Eso es lo bueno de la gente tremendamente amable, son incapaces de darse cuenta de cuándo has empezado a disfrutar de su compañia. Me pregunta por marcas y hablamos de la política del usar y tirar en la que han caído la mayoría. Rescatamos un par con un acuerdo pseudo-empático y él decide esperar a que nos llegue el modelo que le interesa de una de esas dos marcas. Sabia decisión, la paciencia es otra señal de inteligencia que le sienta como unos zapatos viejos a este señor.

Al final se marchan decididos a volver, me agradecen mi amabilidad y yo casi estoy por agradecerles un post. Me voy al vestuario pensando en cómo escribir sobre ellos aquí.

Y sí, señor. El USB es algo como para cagársele encima. Sobre todo, como usted bien dice, si en este tipo de equipos sólo está de entrada. Lo útil es el USB de salida, dónde va a parar.

Abrazos per tutti!